La profesora de ingeniería mecánica y aeroespacial de UCLA, Elisa Franco, recibió casi 2 millones de dólares en fondos de los NIH para sintetizar órganos celulares ajustables.

Elisa FrancoUn profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial y bioingeniería de la Escuela de Ingeniería Samueli de UCLA recibió una subvención de 1,9 millones de dólares de los Institutos Nacionales de Salud para crear orgánulos artificiales utilizando ARN de células vivas.

Él beca de cinco años El Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de los NIH financiará la investigación de Franco sobre la síntesis de orgánulos celulares mediante nanotecnología.

Específicamente, Franco tiene como objetivo crear orgánulos sintonizables sin membrana llamados «condensados». En las células vivas, los condensados ​​surgen espontáneamente al separar el ARN y las proteínas del citoplasma circundante. Al igual que otros orgánulos, los condensados ​​realizan funciones complejas, como transportar proteínas seleccionadas o responder a ellas. señales moleculares. Los condensados ​​artificiales pueden ser una herramienta poderosa a nivel celular para bioingeniería.

Franco trabajará en la síntesis de orgánulos mediante la ingeniería de ARN que resulta de interacciones ARN-ARN en lugar de interacciones de proteínas más impredecibles.

Franco, miembro de la facultad Samueli de UCLA desde 2018, dirige Laboratorio de sistemas dinámicos de ácidos nucleicosque se centra en la convergencia de la biología estructural, la dinámica y el control utilizando marcos biomoleculares especializados. Recientemente fue coautor de un Artículo publicado en Nature Communications mostrando cómo una sola hebra de ARN diseñada con nanotecnología puede producir densas gotas de ARN en las células. Con base en los hallazgos, Franco y su equipo ahora intentarán usar estas hebras simples, llamadas «nanoestrellas de ARN», para formar y crear artificiales. orgánulos.

El objetivo de la investigación de Franco es crear estructuras de nanoestrellas específicas que generarán orgánulos condensados ​​para realizar tareas específicas. Un orgánulo que responda visiblemente a señales moleculares específicas, por ejemplo, podría permitir una detección e imágenes más precisas de los procesos celulares.

Los orgánulos artificiales afinados también pueden manipular la ubicación y la vida útil de ciertas moléculas dentro de las células vivas, lo que podría ser un paso hacia el control de la expresión genética.

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