Piensa por un momento y responde esta pregunta. ¿Te gustan las matemáticas? En su mayor parte, tanto los estudiantes como los adultos suelen decir que no. Cuando se pregunta por qué, la respuesta generalmente es: «Porque no soy bueno en matemáticas». Es poco probable que disfrutemos de algo que no hacemos mejor. Gran parte de nuestras creencias y formas de pensar se remontan a la forma en que aprendemos y estudiamos matemáticas. Por lo general, podemos señalar pequeños momentos, maestros, entornos e interacciones que nos ayudaron a formar la creencia de que las matemáticas son «buenas» o «malas».
Aunque esta creencia «buena» o «mala» es común, es perjudicial. Sin darse cuenta, sugiere que algunas personas tienen una ventaja natural sobre otras. Sólo esta pequeña creencia puede cambiar dramáticamente nuestras acciones y nuestro compromiso con el mundo. Por ejemplo, ser «malo» en matemáticas puede crear el siguiente efecto dominó:
Mentalidad fija. Las personas pueden creer que naciste bien en matemáticas y que eso no cambia. Las personas con esta mentalidad pueden decir: «Simplemente no soy una persona de matemáticas» o «Nunca seré bueno en matemáticas». Esto puede provocar ansiedad en torno a las matemáticas o incluso evitar por completo hacer trabajos de matemáticas.
Miedo al fracaso. Las personas con «malas» creencias matemáticas a menudo temen cometer errores o fracasar en matemáticas. Esto es problemático porque si no fallamos, no aprendemos ni crecemos.
Esfuerzo limitado. Es posible que las personas con creencias matemáticas «pobres» no hagan esfuerzos para mejorar sus habilidades matemáticas porque creen que son incapaces de aprender y crecer.
Por el contrario, podemos ver las matemáticas como el estudio de patrones, relaciones y estructuras, no sólo como las respuestas correctas. Ser un «buen» pensador matemático puede crear lo siguiente:
Mentalidad de crecimiento. Una «buena» creencia matemática se caracteriza por una mentalidad de crecimiento, en la que las personas comprenden que las habilidades matemáticas se pueden desarrollar y mejorar mediante el esfuerzo y la práctica. Quienes tienen esta mentalidad dicen: «Puede que no lo entienda ahora, pero lo aprenderé con el tiempo».
Voluntad de aceptar desafíos. Las personas con «buenas» creencias matemáticas ven los desafíos como oportunidades de crecimiento en lugar de amenazas. Ven los errores como valiosas experiencias de aprendizaje.
Persistencia. Las personas con «buenas» creencias matemáticas tienen más probabilidades de perseverar cuando se enfrentan a problemas matemáticos difíciles. Están dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo en dominar conceptos matemáticos.
Como dice el viejo refrán: «Crees que puedes o no, lo eres». Abandonemos la creencia de que somos «malos» en matemáticas. Esta creencia limita la forma en que los adultos abordan o evitan las matemáticas, pero también impide que los jóvenes se vean a sí mismos como matemáticos y solucionadores de problemas. Sin duda, todos necesitamos más que nunca el pensamiento crítico. Cambiemos la historia.
sobre el escritor
MaKenzie Hakeman es consultora de matemáticas de la Agencia de Educación del Área de Central Rivers (CRAEA) con sede en Cedar Falls. Puede ser contactado en mhakeman@centralriversaea.org. Obtenga más información sobre la Agencia de Educación del Área de Central Rivers en www.centralriversaea.org.